Sin duda es la pregunta que más se repite cuando digo que soy abogada penalista ¿Defiendes asesinos? ¿Por qué? ¿Cómo puedes hacerlo?
Aquí van mis 5 motivos:
PRIMERO. Derecho de defensa, el típico tópico.
Puede sonar a típico tópico, pero es tan real como lo otro que voy a explicar. Todas las personas tenemos derecho de defensa. Y esto significa que todo el mundo tiene que poder defenderse de una acusación que se formule en su contra en un estado social y democrático de derecho. De hecho, tan sólo con formular esta pregunta ya nos estamos cargando la presunción de inocencia de un plumazo. Pero vale, vamos a presumir que lo ha hecho y que me lo ha contado.
En este caso, vamos a ver si hay un motivo para haber cometido el delito, o no. Vamos a buscar una causa que quizás estaba afectando a su capacidad cognitiva y volitiva. Porque si existe ese “motivo” o esa “causa” y la Ley prevé una eximente o atenuación, nosotros no somos nadie para arrebatársela. Y esto es (entre otras muchas cosas), el derecho de defensa. La pena “justa” que le corresponde.
SEGUNDO. Procedimiento con todas las garantías.
Imaginemos que nadie velara por los intereses del presunto asesino. Un asesino, igual que un estafador o un prevaricador, tiene derecho a un proceso con todas las garantías. Pensemos en lo contrario, ¿Entonces “todo valdría” cuando se acusa de algunos delitos concretos? ¿Podríamos volver a los interrogatorios de la inquisición que estamos cansados de ver en las películas o leer en los libros?
Los abogados recurrimos las decisiones que creemos que no se han tomado con el debido fundamento, o que por cualquier otro motivo deben ser revocadas. No son pocos los recursos que son estimados por el órgano superior, dando así la razón al abogado que ha recurrido. Imaginémonos un escenario en el que esta figura del abogado defensor no existiera. Qué miedo.
TERCERO. Juicios paralelos.
Cuando son hechos muy graves, o incluso cuando son mediáticos mucho más, la tendencia de la opinión pública es la de condenar al investigado. Muestra de ello, por ejemplo, son los tribunales de jurado, que acumulan muchas más condenas que los órganos profesionales. ¿Por qué ocurre esto? Porque tendemos a querer buscar culpables, y esto a veces puede ser peligroso.
Entonces… ¿Le damos un voto de confianza al acusado? Quizás esta persona realmente tiene una defensa absolutoria porque es inocente. A veces vemos casos de personas que incluso una vez en el corredor de la muerte, se ha acreditado su inocencia. Aunque no hay que ir tan lejos, véase el caso de Dolores Vázquez.
Cuando ésto ocurre, todos pensamos que la Justicia no funciona y nos desvinculamos de aquella opinión generalizada de culpabilidad, decimos que qué desastre y que quién le va a devolver a aquel pobre ciudadano el terror y el tiempo de vida perdido, pero… ¿No le habíamos condenado nosotros también en un inicio? No olvidemos que los errores judiciales sí existen, igual que los tuyos o los míos.
CUARTO. Segundas oportunidades.
No todo el mundo tiene las mismas oportunidades. “Pero si se quiere, se sale”. Quizás no es tan sencillo. Sé que no tiene nada que ver, pero a mí es algo que me ha hecho reflexionar: la serie de La Veneno. Una mujer que ha sido repudiada públicamente e insultada, incluso por su propia familia e instituciones públicas españolas. Sufrió. Sufrió muchísimo. Todas las personas que la repudiaban, ¿intentaron entenderla? Era más fácil no hacerlo.
Tendemos a deshumanizar a aquellas personas con quienes no nos sentimos identificados, y eso, a la vez, puede estar deshumanizándonos a nosotros mismos. Las segundas oportunidades no deberían ser para “quien las merece”, sino para “quien las necesita”, porque muchas veces quien más lo necesita es quien menos lo merece.
QUINTO. Ganar o perder, no es tan simple.
A veces oímos en los medios de comunicación, o en las conversaciones “de bar”, “Fulanito ha ganado o perdido el juicio”, y la justicia suele ser algo más complejo que eso.
En Justicia no se gana o se pierde de una forma absoluta, en muchos casos es algo más complejo. Se estiman o desestiman pretensiones. Una misma sentencia puede contener un fallo con una condena y dos absoluciones, o dos condenas y una absolución. Hay muchos matices en los que los abogados trabajamos diariamente, no todo es blanco o negro, tal como queda reducido, en ocasiones, al dar “la noticia”, y es algo que también debemos tener en cuenta, porque al defender a un asesino, quizás se le imputan varios delitos, y no de todos es culpable.
Para mí, la conclusión de todo el rollo que te he soltado, es que:
EL PAPEL DEL ABOGADO DEFENSOR ES NECESARIO PARA QUE SE HAGA JUSTICIA.
Consejo gratis: Los abogados tenemos libertad para aceptar aquellos casos en los que queremos trabajar. A todos nos pasa que hay casos en los que estamos más o menos a gusto trabajando. Sin embargo, si un tema se te cruza y prevés que no vas a poder defenderlo, lo más inteligente es que renuncies a llevarlo. Nadie te va a juzgar por ello.
¿Crees que es más fácil defender a una persona inocente o a una persona culpable?
Elaborado por. Bárbara Gómez Antich. Perfil en Linkdln. https://www.linkedin.com/in/bgomezantich/